lunes, 5 de noviembre de 2012

GP ABU DHABI - No es oro todo lo que reluce


Kimi Raikkonen. @ Ercole Colombo
Tras más de veinte años viendo carreras de fórmula 1 sé que no me equivoco si afirmo que se trata de un deporte muy complejo en el que la diferencia entre entender todo lo que ocurre en una carrera, y no entender nada de lo que pasa, es a veces muy exigua. De un gran premio al siguiente se puede pasar de tener lo que los aficionados denominan una carrera aburrida con un piloto dominando de principio a fin, a tener una carrera en la que nada es lo que parece, sino todo lo contrario. Ese fue el caso que tuvimos en Abu Dhabi.

Tras la sanción a Vettel el sábado, todo parecía hecho para la prensa y los aficionados españoles. Pero no es oro todo lo que reluce. El gran rival de Alonso tenía que salir desde el pit lane, y eso era como asegurarse que tendría prácticamente imposible llegar a puntuar. Nada más lejos de la realidad. No hace falta ser muy avispado para darse cuenta que en la F-1 2012 hay tres pelotones muy diferentes. El de los lentos formado por HRT, Marusia y Caterham, el de nivel medio integrado por Force India, Sauber, Toro Rosso, Mercedes y Williams, y el de los quipos de arriba compuesto por McLaren, Ferrari, Red Bull y Lotus. A los primeros debía superarlos en las dos primeras vueltas. A los segundos debía de merendárselos, al menos a la mitad, en el primer tercio, y en función a las estrategias el resto no debía de ser un obstáculo, con lo que la octava plaza debía ser el mínimo al que Vettel debía aspirar.
Salida desde el pit lane de Vettel y De la Rosa. @ RBR / LAT
Es cierto que los dos safety le favorecieron, pero también los dos toques en carrera le perjudicaron, sobre todo el segundo, que le obligó a cambiar la estrategia a dos paradas. Si no llega a llevarse el cartel que marca la distancia a la curva cuando Daniel Ricciardo frenó en exceso tengo muy claro que el alemán no hubiese terminado tercero, sino que probablemente habría peleado con Raikkonen por la victoria.

Se suele decir que en ocasiones los árboles no te dejan ver el bosque, y eso es lo que pasa en algunos grandes premios. Explicar al aficionado medio por qué Vettel consigue una remontada de 20 puestos es un poco complejo, pero podemos ver un buen ejemplo en el futbol. Ese pelotón de ocho coches rápidos viene a ser a la F-1 lo que el Madrid y el Barça son a La Liga. Aunque jugasen todos los partidos con un jugador menos, seguirían siendo los dos primeros clasificados a final de año, y eso es lo que ocurrió en Abu Dhabi. No se trata de que ahora todo el mundo vaya a querer salir desde el pit lane para configurar el coche de la mejor forma posible para la carrera, simplemente lo que hay que entender es que es tan grande el potencial de estos equipos que un traspié de importancia como salir último te coloca en el peor de los casos siempre dentro de los puntos. De todas formas, y tirando de estadística, esta no es ni mucho menos de las mejores remontadas de la historia de la F-1. En concreto es la vigésimo tercera, aunque para encontrarnos a un piloto de los que corren ahora tenemos que irnos a los puestos 47 y 48 con Raikkonen y Shumacher con 19 puestos en Barhein 2006 y Spa 2011 respectivamente.

Adrian Newey. @ Antena 3 / FIA
A partir de ahí, no podemos dejar de elogiar la carrera de Vettel. Creo que el alemán no tiene ya nada más que demostrar para que lo situemos entre los grandes pilotos de la fórmula 1. Los números y las estadísticas ya lo hicieron hace tiempo, ahora tan solo faltaba una gran actuación para que prensa y aficionados se pusieran de acuerdo en otorgarle los galones que merece. Por cierto, muy buena la imagen captada por las cámaras de televisión en las que su ingeniero Adrian Newey se esfuerza en entender como la ausencia de parte del alerón delantero derecho de Vettel tras su primer accidente no le está haciendo perder demasiado tiempo. Mucho mejor tocar la pieza con la mano que elucubrar con los ordenadores desde el muro, todo un crack.

Y hablando de cracks, lo de Raikkonen es de traca. Primero pidiendo a sus ingenieros que lo dejaran en paz y se dejasen de sermones por la radio en mitad de la carrera cuando le recordaban que debía calentar las gomas tras el safety. Más tarde explicó que "no era tan estúpido como para no acordarse de lo que debía hacer", sin duda una razón de peso. Y luego, con la sorna que le caracteriza, le espeta a David Coulthard en el podio, en la primera pregunta en la que le pide que le relate sus emociones tras la victoria el "No hay mucho que contar". Lo dicho, un auténtico crack. Mucho me temo que con la crisis que hay su ingeniero de pista se pueda ir a la calle y dejen el asiento vacío en el muro, a él no le importará.

Ya ahora, ¿qué ocurrirá? pensaran los aficionados. La historia y sobre todo los números nos obligan a apostar por Vettel con tan solo dos carreras por delante y diez puntos de distancia con Alonso. Para que se hagan una idea, al alemán le bastaría ser sexto en una carrera si gana la otra, y las posibilidades que tiene de ganar una de las dos carreras son muy altas. Sin embargo, en la F-1 todo puede suceder, y sino recuerden lo del sábado en Abu Dhabi. Austin va a ser una caja de sorpresas para todos, y por eso mi apuesta en EEUU tiene que ser por Alonso. Probablemente es el que mejor se adapta a condiciones diferentes, y aunque los simuladores evitan muchos sustos de antaño, siguen sin ser lo mismo que rodar en pista. En cuanto a la mecánica no deberíamos ver grandes alardes en estas dos carreras, tan solo pequeños retoques que no deben hacer variar la clasificación. La suerte, y sobre todo los elementos externos como los safety o la lluvia pueden ser los jueces en estas dos carreras, así que será mejor guardar el dinero en el bolso y esperar a que tras el GP de Estados Unidos las cosas estén más claras.

2 comentarios:

  1. Nos tienes muy mal acostumbrados Reyes. Estás haciendo de todos nosotros unos Luismanuelreyeinómanos. Quizás te parezca un poco exagerado pero sin tu análisis, las carreras de la F1 quedarían cojas. Gracias campeón!!!!

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  2. Como siempre un análisis muy inteligente y clarificador

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