lunes, 29 de agosto de 2011

GP BÉLGICA - Un gran circuito para grandes pilotos


Michael Schumacher. © L.M.Reyes.
Qué grande es Spa. Y no me refiero a sus siete kilómetros, sino a su mágico trazado. Aquí los adelantamientos se hacen sin necesidad de Kers o DRS. No hay que esperar a que pasen tres vueltas y estas ayudas te permitan quitar la pegatinas del coche que te sucede. Desde la arrancada se viven emociones de las de antes, y la aspiración tras ‘Eau Rouge’ es brutal. Pero como un día dijo Gary Lineker, “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once detrás de un balón, y al final siempre gana Alemania". Cambien fútbol por F-1, y a Vettel por Alemania, y tendrán lo que está pasando esta temporada. Al chico del dedo índice levantado ya le quedan pocas carreras para ser bicampeón del mundo. Probablemente dentro de tres o cuatro grandes premios, en Japón o Corea, cumplirá su sueño. Aún así, y a pesar de las declaraciones post carrera en las que califican al equipo de la bebida energética como estratosférico por sus poles, decir que están consiguiendo la tercera mejor marca de la historia con 13 pole position seguidas desde Abu Dhabi del año pasado, pero que McLaren consiguió 17 entre los grandes premios de Alemania del 88 y el 89 con Senna y Prost, y que Williams encadenó nada menos que 24 entre Francia del 92 y Japón del 93 con Prost, Mansell y Patrese. Eso sí que fue un dominio aplastante.
Pero hay muchas cosas a destacar de la carrera de Spa a parte de la victoria del alemán de Red Bull. Así que vamos por partes. Para empezar me quedo con la remontada del Kaiser. A pesar de sus años, y de haber cumplido este fin de semana 20 años en la F-1, Schumacher ha sido capaz de mejorar uno de sus records personales, el de puestos remontados en una carrera, ya que salió último en el puesto 24 y terminó quinto. Es curioso que su mejor actuación de estos dos años llegue justo en el circuito más de piloto que existe en el mundial. Algo tendrán que anotar en la libreta de los deberes los de Mercedes. Además, el germano atesora seis triunfos en la pista belga, justo uno más que Senna. Por algo será.
Vamos con el de casa. Incomprensibles entrenamientos, mala calificación, buena arrancada, mala estrategia, buen ritmo de carrera, y al final cuarto. A pesar de llevar siguiendo la F-1 más de 20 años, alguien me tendrá que explicar por qué en Ferrari decidieron no tomar tiempos en los libres del sábado. La explicación de que lo hicieron porque llovía, y se esperaba una carrera en seco, me parece peregrina. Para empezar, en Spa los mejores meteorólogos fallan, y además, si llevamos tres años quejándonos de que no se puede entrenar porque no hay test, ¿a caso no podían servir las pruebas en mojado para alguna de las carreras que restan? Seguro que hay una explicación razonable que se han preferido guardar, pero no alcanzo a aventurarla. Y de la estrategia mejor no comentar nada. Junto con Webber fue el único que no aprovechó el safety del accidente de Hamilton para cambiar ruedas. Lo del australiano fue por un problema en la radio porque, como se vio en las imágenes, sus mecánicos si le esperaban, pero en Ferrari, algún listo en la escuadra italiana consideró que era mejor seguir con usados, ellos sabrán.
En cuanto al gafe de Alonso en Spa, decir que continúa. El asturiano ha ganado en 17 grandes premios diferentes desde que debutó en Australia en 2001. Sin embargo, de los que se corren en la actualidad aún le faltan Abu Dhabi, Brasil, Turquía y naturalmente Spa, donde sí que triunfo en la 3.000, su única victoria ese año.
Por cierto, el accidente de Hamilton es para poner los pelos de punta. No cabe duda que el que más arriesga, más probabilidades tiene de perder. Hamilton es con diferencia el piloto de la parrilla que más arriesga en su conducción. Sin embargo, creo que en esta ocasión ha sido más problema de que Kamui Kobayashi no aceptase su condición de adelantado, que no una pasada de vueltas del inglés. Para analizar el accidente repasen como se traza en ‘Les combes’ viendo las vueltas anteriores. Los pilotos deben abrirse para trazar por donde Kamui trata de desquitarse del adelantamiento que le acaba de hacer Hamilton tras ‘Eau Rouge’. El problema es que el de McLaren ya había superado claramente al japonés. ¿Quién debía levantar? Realmente el que tenía peor la situación era Kobayashi, pero en este caso tampoco se le puede poner una cruz, es un lance más de las carreras.

Bruno Senna. © L.M.Reyes.
Y para desgracia la de Alguersuari. Para una vez que consigue ser sexto en la pole, viene Senna y se lo cepilla en la primera frenada. El sobrino de ‘Magic’ ha demostrado en Spa que, aunque no tiene nada que ver con su malogrado tío en la pista, si que tiene cualidades para seguir peleando en la F-1, y es que un Hispania no es como un Renault. Y si no, que se lo digan a Alonso cuando rodó en Minardi. De todas formas, Bruno debe aprender cosas como salir en la parrilla en el grupo de arriba, y no en la última fila como cuando estaba en Hispania.

Neumático Pirelli 2011. © L.M.Reyes.
Para terminar, no puedo olvidarme de la nueva pifia de Pirelli con sus gomas, y de la película que se montó antes de la carrera. Una vez más, la casa italiana ha demostrado que son los más torpes fabricando neumáticos para la F-1. El ‘blistering’ de Spa seguro que no ayudará a vender más neumáticos en la calle. A pesar de que en Ferrari trataron de culpar a Red Bull y a McLaren por su ‘set up’ contrario a las recomendaciones de Pirelli, lo cierto es que ellos también sufrieron la degradación en sus carnes en carrera. Esperemos que la FIA recapacite algún día, y meta un segundo fabricante, seguro que en Italia se esforzarían más con las gomas.

lunes, 1 de agosto de 2011

GP HUNGRÍA - A río revuelto, ganancia de pescadores



Button y Michibata. © L.M.Reyes.

No siempre en la fórmula 1 gana el más rápido. Ni si quiera el que tiene el mejor coche. A veces, en este mundo de locos, el que se lleva la corona de laurel es el que mejor lee la carrera, y ese ayer, fue Jenson Button. Probablemente la de Hungría ha sido una de las mejores citas de la temporada, y es que, las condiciones meteorológicas cambiantes, ayudaron mucho. El inglés demostró ser uno de los más avispados de la parrilla apostando por una estrategia más conservadora que sus rivales, y que ante una carrera loca, demostró ser más eficiente que las estrategias a cuatro paradas. Me alegro por el inglés, y sobre todo porque tenemos Button para rato, y por lo tanto, también tenemos Jessica Michibata para rato, y es que su novia japonesa es ya un clásico en los paddock de Ecclestone.
La F-1 se quedó de vacaciones oficialmente tras Hungaroring. Ahora tenemos casi cuatro semanas para elucubrar a cerca de que va a ocurrir en las ocho carreras restantes, y de analizar qué es lo que ha ocurrido hasta ahora. Pues lo que tenemos es un binomio coche-piloto que ha arrasado y humillado a sus rivales en lo que va de temporada. Vettel y su Red Bull atesoran seis victorias, cuatro segundos puestos y un cuarto. Vamos, el chaval del dedo índice apuntando al cielo saca 85 puntos a su compañero que es segundo, y 100 al quinto clasificado que es Button, con Hamilton y Alonso por el medio.
Aunque la prensa se empeñe en gritar a los cuatro vientos que la estrella de Vettel se ha acabado, yo sigo viéndola brillar en lo más alto. Y si no lo ven ustedes, piensen detenidamente un poco. Si estuvieran en su pellejo, una vez que han llegado a poner al segundo clasificado a más de 100 puntos, que harían, seguirían arriesgando cada gran premio o administrarían cómodamente su ventaja. Pues esto último es lo que está haciendo el germano. Es cierto que aún hay 200 puntos en juego, cifra a la que sólo él ha llegado tras once carreras disputadas, pero el germano tiene una baza más a su favor, no se pelea con un piloto, se pela con cuatro que se van repartiendo los puntos carrera tras carrera. Vamos, que entre los cuatro le están poniendo una alfombra roja hacia su segundo mundial.
Cuando ayer vimos que Vettel escogía la táctica de las tres paradas muchos pensaron que tiraba sus opciones al triunfo. Lo que realmente hacía era minimizar daños y asegurarse estar lo más cercano al podio en una carrera con condiciones de asfalto muy cambiantes. Nadie podía saber si iba a llover más o no, que se lo digan a Hamilton, que protagonizó la ‘cagada del día’ tras elegir intermedios cuando era líder. Pero Vettel se guardaba con esa elección un as en la manga por si realmente llovía, y debía hacer su cuarta parada obligado.

Heidfeld en llamas. © Bernadett Szabo / REUTERS.

Por cierto, hablando de ‘cagadas’, la de Charlie Whiting con el incidente de Heidfeld fue de campeonato. O sea, resulta que desde hace unos años se saca el safety car o se para un carrera por cualquier motivo por peregrino que este sea, y sin embargo, tenemos un coche quemando junto al carril de incorporación, y a Charlie Whiting sólo se le ocurre remolcarlo con uno de sus Mercedes hacia el pit lane. Me hubiera gustado ver la cara de susto de Vettel cuando se encontró la ‘caravana’ tras su pit stop. Espero que Renault explique qué fue lo que explotó cuando los comisarios estaban apagando la ‘barbacoa’ de Heidfeld, me imagino que no eran unos criollos ni unos pinchos morunos lo que salió volando. Casi seguro habrá sido algo relacionado con las baterías del kers, pero teniendo en cuenta que es la segunda vez que el alemán se pone a asar costillas esta temporada en mitad de la carrera, recuerden Barcelona, habrá que pensar en solucionar la temperatura que cogen los pontones por los escapes sopladores delanteros cuando el coche se para más de la cuenta en el pit stop.
Bueno, ahora Spa espera al líder, y a los aspirantes al segundo puesto con menos tartas que las que hubo en Budapest. A los 30 años del asturiano se unieron los 200 GP del vencedor, y los 100 GP de Toro Rosso. En Bélgica las cosas pueden ser muy diferentes, un circuito como Spa no perdona como Hungaroring, allí si te sales te vas a pie o en moto para el box, no vuelves a pista.