 |
Lewis Hamilton. @ Ercole Colombo |
Por suerte o por desgracia, los deportes del motor cuentan con unos
reglamentos largos, complejos, detallados y sobre todo con una fecha de
caducidad muy cercana. En ocasiones, el conocimiento exhaustivo de los mismos
otorga ventajas a unos equipos frente a otros. Sin embargo, estas astucias no
son siempre medidas por igual rasero dependiendo de qué equipo es el que las
utiliza. Durante toda esta temporada, y en especial las dos semanas que hemos
tenido antes del Gran Premio de Estados Unidos, la prensa latina y los
aficionados del Cavallino Rampante se han empeñado en criticar las argucias del
ingeniero Adrian Newey. La última ha sido la falta de rigidez en el morro del
Red Bull de Sebastian Vettel en Abu Dhabi, cuya legalidad quedó refrendada por
la FIA. Sin embargo, en Austin Ferrari utilizó en su beneficio el reglamento,
al estilo de como lo suele hacer Red Bull, rompiendo los sellos de la caja de
cambios de Felipe Massa para que fuera penalizado con cinco puestos en la
arrancada, con lo que Fernando Alonso ganaría una plaza y encima saldría desde
la parte limpia. ¿Es esto legal? Claro que si, lo que pasa es que dependiendo
del rasero que se utilice, unas cosas pueden parecer fuera de la legalidad y
otras no. Para entender bien este deporte, lo primero que hay que comprender es
que la picaresca no es propiedad exclusiva de ningún equipo, está al alcance de
todos, y cuando un equipo exprime al máximo el reglamento no está siendo
ilegal, tan solo es más astuto que el resto.
Pero centrémonos en lo que pasó en Austin. Realmente fueron muchas cosas que
prácticamente no han clarificado nada en el mundial. Lo primero debemos
felicitar a Lewis Hamilton. Tras los fiascos de su equipo cuando iba primero en
Singapur y Abu Dhabi, o los de principio de temporada en los pits stop, el
inglés ha vuelto a demostrar que forma parte de la triada que aspira todos los
años al mundial. Con cuatro carreras ganadas, de no haber roto cuando iba líder
en sus dos últimos ceros aún tendría aspiraciones de cara al título. Esperemos
que Ross Brawn sepa darle lo que no ha sabido proporcionarle Martin Whitmarsh.
Algo que, por otra parte, se me antoja difícil, al menos en 2013.
En cuando a Alonso y Vettel, Austin no ha dictado sentencia en favor de
ninguno. El poderío exhibido por el alemán y su Red Bull, frente al asturiano y
su Ferrari durante todo el fin de semana tan solo se ha traducido en tres
puntitos. Así es la fórmula 1. En la meta ha habido 39 segundos entre ambos,
sin embargo, al final es lo mismo que si hubiesen entrado pegados. El coraje de
Hamilton y su empeño en ganar por una parte, y la ausencia de rivales por otra,
han permitido que ambos hayan cruzado seguidos la meta, aunque haya sido separados
por esos 39 segundos. Brasil deberá ser el que nos diga quien se convierte en
tricampeón mundial, y aunque la estadística está de parte de Vettel, las peculiaridades
del circuito de Sao Paulo pueden hacer trizas los pronósticos.
 |
Alonso bajo un cartel de Pirelli. @ Ercole Colombo |
Por cierto, no puedo acabar el billete de Estados Unidos sin comentar un par
de cosas. Por un lado, la ineptitud de los hombres de Pirelli se ha puesto de
manifiesto una vez más en la cita americana. Su elección para Austin fueron sus
dos compuestos más duros que tienen este año, los denominados MEDIO y DURO,
dejando los BLANDOS y SÚPERBLANDOS en Europa. Esta decisión hizo que este fin
de semana hayamos presenciado una de las calificaciones más absurdas que se
recuerden, con los pilotos girando una y otra vez en la Q3 con las mismas gomas
en espera de que los neumáticos
cogieran
la temperatura necesaria para afrontar la vuelta ideal. Vamos, un auténtico
desastre para el espectáculo que se supone debe ser una calificación. Antaño,
ver como los pilotos se pegaban por la pole era uno de los grandes atractivos
de un gran premio. De hecho, era el único momento en el que podíamos ver a los
pilotos y monoplazas rendir al máximo nivel. Los equipos usaban incluso
especificaciones totalmente diferentes a las de carrera, con gomas de un solo
uso y motores que solo se montaban para hacer la calificación. Ahora, además de
las medidas que ha introducido la FIA en la última década, unimos las
florituras de Pirelli eligiendo unas gomas que no alcanzan la temperatura ni el
agarre que el nuevo asfalto de Austin precisaba, vamos, todo un despropósito.
 |
Portada de la revista Auto Bild. |
Y lo último, quiero hacer un hueco para el equipo más modesto de la
parrilla, HRT. La formación española se despedirá del Gran Circo en Brasil, y
con ellos se irán al garete los sueños de que un equipo español pueda pelar
algún día de tu a tu con los grandes. Personalmente me parece lamentable que
los grandes imperios españoles como el Banco de Santander, Telefónica o Inditex
no hayan sido capaces de abanderar un proyecto en la F-1 cuando han tenido en
sus departamentos de marketing todo lo necesario para hacerlo. Pero así somos.
Ya en tiempos de Carlos Sainz ocurría algo parecido, a veces hay árboles que no
te dejan ver el bosque. Y a los compañeros de Auto Bild, tan solo decirles que,
arrieros somos y en el camino nos encontraremos. Lo de la portadita con la
frase de “peligro de choque con la chatarra española” y la foto de un HRT se la
apuntamos en el debe, y si no se la podemos devolver en Brasil con el
asturiano, que sea en cualquier campo de futbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario