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Vettel en el podio de la India. @ RB |
En el siglo XII un movimiento comenzó a extenderse por toda
Europa bajo el auspicio de la Iglesia Católica, la Santa Inquisición. Se
trataba de varias instituciones, muchas de ellas gobernadas por las principales
familias que gobernaban el viejo continente, como ocurrió en el Reino de
Aragón, Roma o Portugal, que lucharon ferozmente contra todo lo que
consideraban que tenía que ver con la herejía. Así, muchos científicos y
personas adelantadas a su tiempo cayeron en manos de la Inquisición acusadas de
brujería y de herejía. Nicolás Copérnico y Galileo Galilei fueron algunos de
los acusados, y muchos de sus libros fueron quemados por los inquisidores,
aunque ambos se libraron de morir en la hoguera. No se libró sin embargo Miguel
Servet, condenado por su descubrimiento de la circulación sanguínea. La mayoría
de estas instituciones dieron a su fin en el siglo XIX, aunque las hubo que
llegaron al XX. Sin embargo, en la actualidad, sigue habiendo movimientos
espontáneos de personas que persiguen y juzgan a sus semejantes como si
ejerciesen de inquisidores, como si se hubieran reencarnado en las personas que
más poder tuvieron a finales de la edad media. Curiosamente, estos inquisidores
modernos suelen estar guiados y aleccionados por avezados periodistas que
demonizan todo aquello que vaya en contra de sus pensamientos y de sus intereses,
son lo que podríamos calificar como la “prensa inquisidora”. Suelen aparecer en
muchos ámbitos, y el deporte es caldo de cultivo para ellos. Sobre todo si en
un deporte tienen a un compatriota que brille. Todo aquel que ose plantarle
cara o vencerle pasa a ser un “hereje”. La fórmula uno en España es un buen
ejemplo de ello. Grandes “herejes” de la última década fueron Lewis Hamilton,
Michael Schumacher, Romain Grosjean, y cómo no, Sebastian Vettel.
Y se preguntaran ustedes, cuales son los delitos de los que
se acusan a Vettel para que lo quieran llevar a la hoguera. Pues muy fácil, el
germano está acusado de pilotar un coche mejor que el de sus rivales, esa es la
“herejía”. Más en concreto, podríamos decir que, dado que el juicio se realiza
por la “prensa inquisidora española”, el delito se centra en que el Red Bull es
mejor que el Ferrari. Una vez que ustedes analicen la acusación, podrían
pretender ejercer de abogados del infierno para libra a Vettel de las llamas de
la hoguera argumentando que también el Renault de Alonso del 2005 y 2006 era
mejor que los monoplazas de sus rivales, pero en ese momento, ustedes también
serían acusados de “herejes” y correrían la misma suerte que el alemán en la
hoguera.
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Vettel arrodillado ante su Red Bull. @ RB |
También se les podría ocurrir decir que la historia de la
fórmula 1 se basa en el éxito de la ingeniería unido al éxito del pilotaje, y
que esa simbiosis ha ido evolucionando a lo largo de los años, haciendo que
pese más en la balanza el coche o el piloto según la década, siendo normalmente
el coche el que más influye en este extraño matrimonio máquina-piloto. Pero
entonces, también serían acusados de “herejes” por dar importancia a un
conjunto de elementos construidos a base de aluminio, titanio, fibra de carbono
y fibra de vidrio, y volverían a ser catalogados de brujos, siendo su destino
de nuevo la hoguera. Incluso aunque ustedes recordasen a Nigel Mansell y su Williams-Renault
FW14b de 1992, seguirían teniendo el mismo destino que un libro escolar viejo
en la noche de San Juan, la hoguera. Y es que si ahora se habla del binomio
Vettel-Newey, lo de Mansell con el Williams fue insultante.
No sé qué más tiene que hacer Sebastian Vettel para ser
considerado uno de los grandes de la historia de la fórmula 1. En India ha
conseguido su cuarto título consecutivo, algo que tan solo alcanzaron Michael Schumacher
y Juan Manuel Fangio. Pero es que, si uno mira sus números, el germano va camino
de batir todos los récords del mundial. Sus cifras son ya espectaculares, pero
lo son aún más cuando uno saca los porcentajes de victorias, poles o títulos en
función a las carreras que este chico risueño ha disputado. Por ejemplo, sus 43
poles están aún lejos de las 68 del Kaiser, eso sí, Vettel tiene un 36,75 por
ciento de efectividad por el 22,15 de Schumacher. Y si miramos las victorias,
ahí sí que no hay duda. Con 36 solo es superado por Schumacher, Prost y Senna.
Pero en efectividad, su 30,77 por ciento tan solo lo superan Jim Clark y Juan
Manuel Fangio.
Son muchos también los que defienden que su éxito está
basado en las calificaciones que realiza los sábados, yo el primero. Pero la “prensa
inquisidora” tiene argumentos para tumbar cualquier postulado. Para ellos, lo
importante es no calificar bien para tener buen ritmo el domingo… Luego vienen
los toques como el de Webber con Alonso en India, y las lamentaciones ya no sirven
de nada. Estoy cansado de decir que las carreras empiezan el sábado, no el
domingo, pero para muchos no es así.
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Newey, Vettel y Horner. @ RB |
Afortunadamente, en el resto del mundo, o al menos el mundo
no latino, la “prensa inquisidora” no reina como aquí, o al menos reina al son
de otros pilotos, así que Vettel sí que está considerado a nivel mundial como
uno de los grandes de la historia de la fórmula 1. No sé lo que ocurrirá el año
que viene con la nueva reglamentación, de hecho creo que nadie lo sabe aun. Lo
único que puedo afirmar es que Vettel será uno de los hombres a tener en
cuenta. Que al igual que ocurre con Alonso, Hamilton o Raikkonen, su porcentaje
en la simbiosis máquina-piloto estará cubierto de sobra, y para que su éxito
sea redondo, tan solo deberá contar con la mecánica y electrónica apropiada, la
misma que deberá tener el resto si quieren ganar. Él ya ha demostrado que es
uno de los grandes, ahora le toca el turno a otros. Y si no, ya saben, ¡A la
hoguera con él! y que siga reinando la “prensa inquisidora”.