lunes, 23 de septiembre de 2013

GP SINGAPUR - Visto para sentencia


Alonso, Horner, Vettel y Raikkonen. @ P
A los que nos gusta la fórmula 1 por encima de cualquier sentimiento ultra o patriótico no se puede decir que estemos realmente de enhorabuena. Faltan aún seis carreras y la temporada parece haberse acabado ya. La apisonadora alemana ha vuelto por sus fueros. En la década pasada fue Michael Schumacher quien la dirigió con maestría, ahora es Sebastian Vettel el que carrera tras carrera demuestra por qué tiene tres mundiales y va camino del cuarto. Y es que, aunque las matemáticas nos dicen que aún hay seis pilotos con opciones a llevarse el último mundial de los V8, todos sabemos que tan solo hay una pequeñísima opción de que se lo lleve Alonso, y que solo sería si el germano tiene una auténtica debacle en este final de temporada. ¿Y ahora qué?, ¿dejamos de ver F-1?. Pues claro que no, aunque restan muchas cosas interesantes.

Sebastian Vettel. @ RB
En primer lugar tenemos como aliciente los records de Vettel. Ayer consiguió su tercer Grand Chelem (pole, victoria y vuelta rápida en carrera), y aunque es el único piloto activo que lo ha logrado, junto con Alonso que tiene uno, lo cierto es que aún le falta mucho para llegar a los 8 de Jim Clark. Y que vamos a decir de las poles, las 41 del germano le colocan en tercer lugar de la historia, pero Schummi acabó con 68 y el gran Ayrton Senna con 65. Vamos, que Vettel tiene aún retos y margen de mejora de sobra para seguir unos añitos con el dedo apuntando hacia el cielo.

Los Ferraristas tienen como reto superar a Mercedes en el segundo cajón del podio de constructores. No es que sea imposible que los de Maranello luchen con los Red Bull por el mundial, pero se nos antoja difícil. Por cierto, me gustaría que alguien me explicara de una vez porque seguimos escuchando que el Ferrari es el cuarto mejor coche de la parrilla cuando, a pesar de contar con la peor pareja de pilotos por culpa de Felipe Massa, son segundos en el apartado de pilotos y en el de escuderías. Una cosa es que ni los bólidos rojos ni su piloto estrella califiquen bien, y otra muy distinta que tengan el cuarto mejor coche. Pero ya se sabe, cuando el sentimiento ultra aflora todo se ve de un color distinto a la realidad.

Fernando Alonso en Singapur. @ P
Por otra parte, a pesar de lo que escuchamos tras el Gran Premio de Italia de los mandatarios de Ferrari, parece que habrá que esperar una o dos carreras más para ver si realmente tiran la toalla y se centran en el V6 Turbo del año que viene. Aunque los 60 puntos que distancian a Alonso de Vettel parecen insalvables, lo cierto es que torres más altas han caído en la F-1, así que en Maranello aun sueñan con las mieles del triunfo. Y más aún que han fichado al “chico malo” de la parrilla. Creo que el fichaje del finlandés va a ser bueno para todos. Él tendrá un coche mejor para ofrecer espectáculo, en Ferrari sumarán muchos más puntos para el mundial de constructores, y Alonso tendrá por fin alguien en su casa que le azuzará y le obligará a sacar el 100 % de lo que puede ofrecer. Además, el morbo de tener a dos campeones del mundo juntos es siempre algo interesante en la fórmula 1, aunque normalmente la cosa nunca acabe bien para los dos.

Pero bueno, antes tenemos que terminar la temporada, y para empezar hay que afrontar las tres próximas carreras de mañana, las que se pueden ver desayunando en lugar de a la hora de la comida. ¿Saben quién ganó las tres el año pasado? Pues sí, Sebastian Vettel. Si volviese a hacer lo mismo, sería campeón en la India, pero no vamos a vender la piel del oso antes de cazarlo y vamos a disfrutar de los tres grandes premios.

Alonso, Rubio y Botín. @ L.M. REYES
Colgante de los 500 GP de Rubio. @ Miquel Liso
Por cierto, en el último billete se me escapó mencionar a un compañero que ha entrado entre la élite de la F-1, José María Rubio. En Italia el mismísimo Bernie Ecclestone le hizo entrega de un colgante que da fe de los 500 grandes premios que este periodista español ha cubierto en la F-1. Él era el único español que había en el Gran Circo cuando llegó Alonso y será el único que quede cuando se marche. Ha sido corresponsal para decenas de medios de comunicación, y ahora lo ha dejado casi todo para trabajar con Emilio Botín, convirtiéndose en su sombra en las carreras. Josemari, como le llaman los más cercanos, nos enseñó a todos la primera vez que aterrizamos en la fórmula 1 como sobrevivir en las carreras, lo que es un paddock, como se trabaja entre los motorhomes, donde se puede rapiñar algo de comida en un sitio en el que no la hay a la venta, o como se pelea uno con la ADSL en la sala de prensa. Así que, desde aquí le va mi más sincera felicitación, ¡Bravo Josemari!


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