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Kimi Raikkonen. @ P |
Kimi Raikkonen no es un piloto que se caracterice por realizar
un trabajo duro fuera de las carreras. De hecho, siempre ha manifestado que no
le gusta entrenar, y que si pudiera, solo pisaría el circuito el domingo para
subirse al coche. Viene a ser un poco la antítesis de Fernando Alonso. Sin
embargo, cuando uno cuenta con un coche bien diseñado como es el Lotus, con una
configuración que permite que los delicados Pirelli no se destrocen vuelta a
vuelta, y con un talento innato al volante como el que él tiene, todo ese
trabajo no realizado fuera de las carreras puede compensarse.
Precisamente, los polémicos neumáticos Pirelli han vuelto a
ser cruciales en el desarrollo de la cerrera. Esta temporada el hándicap o
trampa que han preparado los italianos para los equipos no es tanto su falta de
repetibilidad como su facilidad de degradación. El asfalto de Albert Park
estuvo este fin de semana mucho más frio de lo que nos podemos encontrar en la
mayoría de las carreras del campeonato, con lecturas de entorno a los 28
grados. Sin embargo, la mayoría de equipos llegaron con las gomas desechas tras
tres paradas. Ya veremos qué pasa cuando en el asfalto tengamos 10 o 15 grados
más. Probablemente entonces veamos esas cuatro o cinco paradas que se
pronosticaban en la pretemporada.
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Podio de Melbourne. @ P |
Lotus fue el único equipo que reflejó tener un arma contra
esta especie de lastre del reglamento. Raikkonen se fue a dos paradas, y no
necesitó empezar la carrera con duros como hizo Adrian Sutil, que firmó una
gran actuación con su Force India. El finlandés salió con los blandos, y aun
así aguantó hasta el final sin que viésemos que se desprendieran grandes trozos
de goma como le ocurrió a los Red Bull. Ellos fueron los grandes perjudicados
con este tema. Los de Newey consiguieron dar la temperatura necesaria a sus
gomas a una vuelta a base de carga aerodinámica para la calificación y se
llevaron la pole, pero precisamente ese fue el motivo de que en carrera se
degradaran tan rápido. En Ferrari supieron encontrar un equilibrio mejor que el
de los austriacos, pero no lo suficiente como para plantarle cara a los Lotus,
que fueron los más astutos sacrificando la pole y apostando a una carrera
limpia sin contratiempos con las gomas.
Por cierto, hablando de los de Maranello, menudo cabreo que
tenía Massa tras la carrera. La decisión acertada de mandar entrar a Alonso en
el segundo pit stop del asturiano antes de lo programado, y el no hacerlo con
el Ferrari que iba delante, el de él, aún le escocía cuando se bajó del
monoplaza. Todos estamos de acuerdo en que el brasileño es inferior, pero para
una vez que lo estaba haciendo bien, van y se lo quitan de en medio de un
plumazo. No cabe duda que las órdenes de equipo se pueden hacer de muchas
formas, y que al final, lo que importa es el campeonato y los intereses del
equipo.
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Lewis Hamilton con el Mercedes. @MB |
De McLaren mejor no hablar. Tras dejar marchar a uno de los
tres mejores pilotos de la parrilla han firmado un ridículo espantoso en
Melbourne, Button noveno y Pérez decimoprimero. Vamos, un GP para olvidar. Es
curioso que Mercedes logró colocar a Hamilton en la quinta plaza, o quizás haya
sido él mismo el que lo haya logrado. Seguro que en Woking, la sede de Mclaren,
aún se lo están preguntando.
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Fernando Alonso bajo la lluvia del sábado. @ P |
Lo del agua ya lo hemos comentado estos últimos años, y es
algo que no acabamos de entender. Por su puesto que correr en agua es
peligroso, que los coches no se comportan igual, y que no se puede ir tan
rápido como en seco, pero por el amos de Dios, esos ha sido así siempre, en los
circuitos, en las autopistas, y en la carreteras comarcales. Si no, no hubiéramos
tenido grandes pilotos bajo el agua como el mítico Ayrton Senna. Ahora esto es
imposible, porque, o te aplazan los entrenos, o te sacan el safety en carrera. Y
lo de la visibilidad solo tiene un culpable, Bernie Ecclestone y su gran
negocio. Estamos de acuerdo que el patriarca de la F-1 ha sido el gran
responsable de que hoy en día tengamos este deporte, pero debe ser que los años
no pasan en balde. Si quiere que en Europa la gente no madrugue tanto y no
tenga que levantarse a las cuatro de la mañana como hacíamos de jóvenes para
ver la carrera en Australia, que la haga nocturna con focos por todo el trazado
y se deje de medias tintas. Algún día las televisiones se enfadaran con él por
no poder emitir una calificación o una carrea como paso este fin de semana, y
entonces la F-1 tendrá un problema muy gordo.
Hace falta que volvamos a la F-1 de verdad, la de los pilotos
que labraban su leyenda con actuaciones memorables, bajo el sol o bajo la
lluvia, con una ingeniería preparada para ser el más rápido, y no el que menos
neumáticos gastase. Llevo tiempo diciendo que esta no es la F-1 que conocí hace
más de 25 años, y a mí, por lo menos, me gustaba más la otra. Ustedes dirán.
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