lunes, 18 de marzo de 2013

GP AUSTRALIA - El mundo al revés


Kimi Raikkonen. @ P
Una vez más la fórmula 1 nos ha vuelto a demostrar que en este deporte nada es lo que parece. Tras un invierno de test lleno de rumores, desarrollos y quinielas, el hombre venido del frío arrasó en Melbourne con tal comodidad que puede haber sido la victoria más relajada de las 20 que ya atesora el finlandés. Entonces, ¿qué es lo que ha pasado para que veamos un Lotus en lo más alto del podio de nuevo? Pues realmente demasiadas cosas que vamos a tratar de analizar en pocas líneas.
Kimi Raikkonen no es un piloto que se caracterice por realizar un trabajo duro fuera de las carreras. De hecho, siempre ha manifestado que no le gusta entrenar, y que si pudiera, solo pisaría el circuito el domingo para subirse al coche. Viene a ser un poco la antítesis de Fernando Alonso. Sin embargo, cuando uno cuenta con un coche bien diseñado como es el Lotus, con una configuración que permite que los delicados Pirelli no se destrocen vuelta a vuelta, y con un talento innato al volante como el que él tiene, todo ese trabajo no realizado fuera de las carreras puede compensarse.

Precisamente, los polémicos neumáticos Pirelli han vuelto a ser cruciales en el desarrollo de la cerrera. Esta temporada el hándicap o trampa que han preparado los italianos para los equipos no es tanto su falta de repetibilidad como su facilidad de degradación. El asfalto de Albert Park estuvo este fin de semana mucho más frio de lo que nos podemos encontrar en la mayoría de las carreras del campeonato, con lecturas de entorno a los 28 grados. Sin embargo, la mayoría de equipos llegaron con las gomas desechas tras tres paradas. Ya veremos qué pasa cuando en el asfalto tengamos 10 o 15 grados más. Probablemente entonces veamos esas cuatro o cinco paradas que se pronosticaban en la pretemporada.

Podio de Melbourne. @ P
Lotus fue el único equipo que reflejó tener un arma contra esta especie de lastre del reglamento. Raikkonen se fue a dos paradas, y no necesitó empezar la carrera con duros como hizo Adrian Sutil, que firmó una gran actuación con su Force India. El finlandés salió con los blandos, y aun así aguantó hasta el final sin que viésemos que se desprendieran grandes trozos de goma como le ocurrió a los Red Bull. Ellos fueron los grandes perjudicados con este tema. Los de Newey consiguieron dar la temperatura necesaria a sus gomas a una vuelta a base de carga aerodinámica para la calificación y se llevaron la pole, pero precisamente ese fue el motivo de que en carrera se degradaran tan rápido. En Ferrari supieron encontrar un equilibrio mejor que el de los austriacos, pero no lo suficiente como para plantarle cara a los Lotus, que fueron los más astutos sacrificando la pole y apostando a una carrera limpia sin contratiempos con las gomas.

Por cierto, hablando de los de Maranello, menudo cabreo que tenía Massa tras la carrera. La decisión acertada de mandar entrar a Alonso en el segundo pit stop del asturiano antes de lo programado, y el no hacerlo con el Ferrari que iba delante, el de él, aún le escocía cuando se bajó del monoplaza. Todos estamos de acuerdo en que el brasileño es inferior, pero para una vez que lo estaba haciendo bien, van y se lo quitan de en medio de un plumazo. No cabe duda que las órdenes de equipo se pueden hacer de muchas formas, y que al final, lo que importa es el campeonato y los intereses del equipo.

Lewis Hamilton con el Mercedes. @MB
De McLaren mejor no hablar. Tras dejar marchar a uno de los tres mejores pilotos de la parrilla han firmado un ridículo espantoso en Melbourne, Button noveno y Pérez decimoprimero. Vamos, un GP para olvidar. Es curioso que Mercedes logró colocar a Hamilton en la quinta plaza, o quizás haya sido él mismo el que lo haya logrado. Seguro que en Woking, la sede de Mclaren, aún se lo están preguntando.  
 
Y retomando el tema de las gomas, a esto es a los que nos ha llevado la absurda forma de construir los neumáticos de Pirelli, a que en un deporte donde la velocidad es lo que prima, sea más importante hacer una mala calificación para tener una buena carrera. Algún día Bernie se dará cuenta de que se ha cargado este deporte, pero probablemente sea demasiado tarde para él y para la propia F-1. Y sino fíjense en lo que ocurrió en la calificación. Lamentable fue el aplazamiento de la Q2 y Q3 por la lluvia y por la visibilidad.

Fernando Alonso bajo la lluvia del sábado. @ P
Lo del agua ya lo hemos comentado estos últimos años, y es algo que no acabamos de entender. Por su puesto que correr en agua es peligroso, que los coches no se comportan igual, y que no se puede ir tan rápido como en seco, pero por el amos de Dios, esos ha sido así siempre, en los circuitos, en las autopistas, y en la carreteras comarcales. Si no, no hubiéramos tenido grandes pilotos bajo el agua como el mítico Ayrton Senna. Ahora esto es imposible, porque, o te aplazan los entrenos, o te sacan el safety en carrera. Y lo de la visibilidad solo tiene un culpable, Bernie Ecclestone y su gran negocio. Estamos de acuerdo que el patriarca de la F-1 ha sido el gran responsable de que hoy en día tengamos este deporte, pero debe ser que los años no pasan en balde. Si quiere que en Europa la gente no madrugue tanto y no tenga que levantarse a las cuatro de la mañana como hacíamos de jóvenes para ver la carrera en Australia, que la haga nocturna con focos por todo el trazado y se deje de medias tintas. Algún día las televisiones se enfadaran con él por no poder emitir una calificación o una carrea como paso este fin de semana, y entonces la F-1 tendrá un problema muy gordo.

Hace falta que volvamos a la F-1 de verdad, la de los pilotos que labraban su leyenda con actuaciones memorables, bajo el sol o bajo la lluvia, con una ingeniería preparada para ser el más rápido, y no el que menos neumáticos gastase. Llevo tiempo diciendo que esta no es la F-1 que conocí hace más de 25 años, y a mí, por lo menos, me gustaba más la otra. Ustedes dirán.

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