martes, 29 de mayo de 2012

GP MÓNACO - El mago del pelo blanco


Bernie Ecclestone. @ L.M. Reyes
Es muy difícil poder explicar por qué nos encontramos ante el campeonato del mundo de fórmula 1 más abierto de la historia. Llevamos seis carreras y seis vencedores diferentes. Además, por si esto fuera poco, cinco equipos han probado las mieles del triunfo, ya que tan solo Red Bull ha repetido. ¿Qué ha pasado para que no reinen uno o dos equipos como ha ocurrido en las últimas décadas? La única respuesta es que Bernie Ecclestone se ha superado una vez más.
Este debía ser el gran año para la fórmula uno. Todo había sido calculado por el simpático anciano,  sin embargo, la coyuntura económica mundial puede dar al traste con sus planes. Por un lado había que hacer la F-1 más atractiva para los inversores. El máximo accionista de la sociedad que gobierna la F-1, la sociedad de capital y riesgo CVC Capital Partners, encargó hace tiempo a Ecclestone la salida a bolsa de parte del negocio, siendo el escenario elegido la bola de Singapur. Ese apartado ha sido conseguido con creces, y de él se han encargado la FIA y sobre todo Pirelli. Los primeros publicando un reglamento que prohibiese toda ventaja tecnológica por parte de algún avispado como Adrian Newey, y los segundos diseñando unos juegos de neumáticos que más bien parecen estar desarrollados por el Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado. No solo se comportan de forma diferente en cada equipo y pista, sino que incluso dentro de un mismo equipo, puede tocarte un juego bueno y uno malo aunque el compuesto elegido sea el mismo.
Una vez conseguida una F-1 igualada y emocionante para tener grandes audiencias y que los inversores se volvieran a fijar en ella, había que poner de acuerdo a todos los magnates del gran circo para que renovasen el Pacto de la Concordia. Al igual que un tratado entre países, este acuerdo rige la F-1 desde que en 1981 el “pequeñín” Ecclestone puso de acuerdo a la FIA y a la FOCA (Asociación de Constructores) para poder negociar en su nombre  todos los derechos del certamen y repartir los mismos entre las tres partes. El pacto se ha ido renovando a lo largo de estos 30 años y la última firma se realizó en 2008, con vigencia hasta esta temporada. Pues bien, lo que en los últimos años parecía imposible, que era poner de acuerdo a todos los patrones de los equipos, también se ha conseguido. Hay que recordar que se llegó a valorar organizar una F-1 paralela al margen de la FIA para que los equipos grandes se llevasen todo el pastel. Al final, los más reticentes al pacto han sido Mercedes, sin embargo, también ellos han pasado por el aro, y en breve se anunciará la firma de todos los equipos.
Ecclestone hizo los deberes, consiguió todo lo que necesitaba CVC Capital Partners, y tan solo lo que no estaba de su mano falló. El reciente desastre de la OPV de Facebook ha hecho recapacitar al “pequeñín” y a sus socios, y de momento, el estreno en bolsa deberá esperar un tiempo. Eso sí, mientras tanto veremos la F-1 más igualada de la historia.

Mark Webber. @ Red Bull
Con todo esto, el GP de Mónaco nos deja varios ganadores. Junto a Ecclestone, Mark Webber, Michael Schumacher, y Fernando Alonso han sido los grandes beneficiados del GP del glamour. El australiano ha vuelto a reivindicarse frente a su compañero, el bicampeón del mundo Sebastian Vettel. Webber necesitaba urgentemente una victoria para impedir que Christian Horner le volviese a colocar claramente como segundo piloto, algo que por otra parte no podrá evitar a lo largo del certamen. Para el heptacampeón, la pole conseguida en Mónaco ha sido como quitarle diez años de encima. Su última pole databa del GP de Francia de 2006 en Magny Cours con Ferrari. Y aunque la sanción recibida en Montmeló le hizo perder cinco puestos, y ciertos estadistas le otorguen la pole a Webber por salir primero, lo cierto es que moralmente la pole debe ser para el Kaiser por haber sido el más rápido.
Y para el final nos queda nuestro piloto asturiano. Alonso se puede considerar el otro beneficiado de esta loca temporada. Tras haberse escrito ríos de tinta sobre lo malo que era el Ferrari tras la pretemporada, sus rivales parecen empeñados en que los resultados del Cavallino no sean tan malos. Él esta siendo uno de los más regulares, y su equipo  uno de los que menos errores está cometiendo, y en la F-1, eso puede primar por encima de tener el coche más rápido. Tan solo nos queda la duda de lo que podría haber pasado si en Ferrari llegan a aguantar unas vueltas más el pit stop para, además de pasarse por la piedra a Hamilton, haber intentado hacer lo mismo con Rosberg gracias a esas vueltas con ritmo endiablado.  Pero como agua pasada no mueve molino, habrá que dar por buena la estrategia porque ahora es imposible saber qué hubiera pasado, sobre todo porque las gomas de Pirelli podían haber dicho basta antes de tiempo.  De todas formas, se imaginan lo que hubiéramos podido ver si llega a llover 15 minutos antes de lo que lo hizo, probablemente el desenlace hubiera sido otro, y hubiéramos presenciado una de los finales más apasionantes vividos en Mónaco. Ese debe ser ahora el objetivo de Ecclestone, gobernar el único ingrediente del pastel que no controla, la climatología.

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