martes, 22 de abril de 2014

GP CHINA - Mano de santo

Lewis Hamilton en China. @ MB
La cuarta cita de la temporada nos ha dejado muchos más interrogantes que respuestas. Normalmente las dos o tres primeras carreras de la temporada suelen ser extrañas, y no es hasta la cuarta o quinta cuando se resuelven los interrogantes de quienes son los elegidos para luchar por el podio en lo que resta de campeonato. Sin embargo, China ha puesto de manifiesto que este año lo único claro es que el campeón va a ser un Mercedes, ahora bien, quien va a acompañar en el podio a las flechas de plata es toda una incógnita.

De los doce puestos de honor en lo que va de certamen, siete han sido para Mercedes, dos para McLaren, uno para Red Bull, uno para Force India y uno para Ferrari. Pues si eliminamos a los pilotos de Wolff y Lowe, resulta que nadie ha sido capaz de repetir la cita con el champan en el podio. Las cuatro escuderías han brillado únicamente en una carrera, primero los ingleses, luego los austriacos, más tarde los indios y por último los italianos. ¿Con qué aspirante nos tenemos que quedar entonces para plantar cara a los alemanes?
Mercedes celebrando otro doblete. @ MB
Tras cuatro carreras, creo que afirmar que no habrá aspirante a luchar contra los Mercedes no es descabellado. Mucho tendrían que torcerse las cosas en la formación de Lauda para que no se lleven el mundial de calle. Su motor está un mundo por delante del Renault y del Ferrari, y eso no se arregla de una carrera para otra, ni de principio a final de temporada. Por el momento sabemos que fueron más listos que sus rivales separando el turbo del compresor para que los gases de entrada al motor estuvieran más fríos por un lado, y para que no se necesitase una refrigeración alta, reduciendo así el tamaño del intercooler, con lo que se consigue que los pontones puedan ser más pequeños y baje la resistencia aerodinámica del coche. Digamos que reinventaron el viejo concepto turbo-compresor, y eso no se palia ni con electrónica ni con aerodinámica. Quizás haya más cosas que aún no han salido a la luz, pero simplemente con ese diseño atrevido han conseguido hacer saltar la banca en la fórmula 1.

Ahora bien, y del resto, ¿con qué cara nos tenemos que quedar? McLaren brilló con sorpresa en Australia, sin embargo ahora mismo ya no entran en ninguna quiniela. Red Bull parece ser la única que aguanta el tirón, porque lo de Force India parece más una casualidad que otra cosa. Y en Ferrari pasan del llanto a la risa, y viceversa, en menos que canta un gallo. Si tuviera que apostar por el segundo equipo, probablemente elegiría a los de la bebida energética por su mejor aerodinámica, pero tampoco me jugaría muchos cuartos. Seguro que tras Montmeló podremos ver algo de luz en el túnel, pero no se engañen, esta es una temporada de cambios ingentes que no acabará de darnos sorpresas hasta Abu Dahbi.

Sebastian Vettel. @ RB
Pero centrémonos en dos de las incógnitas que nos ha dejado China. Por un lado, tenemos el bajo rendimiento que están evidenciando Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen. No creo que haya nadie que no los considere unos de los mejores pilotos de la parrilla. Sin embargo, alguno se preguntará, ¿se han olvidado como se conduce un fórmula 1? Yo estoy seguro que no se han olvidado. Es más, sigo considerando a los dos entre los cuatro mejores pilotos del Gran Circo junto a Hamilton y Alonso. Sin embargo, ¿Qué les pasa este año? Las hipótesis más fiables apuntan al mismo problema en ambos pilotos, las nuevas Pirelli. Podría parecer una disculpa peregrina, pero seguro que es más importante de lo que pueda parecer a priori. Los compuestos de este año son mucho más duros que en la pasada campaña. Y casi todos los monoplazas sufren el mismo problema, la dificultad de meter el coche en curva en cuanto no se está con blandos y las ruedas no son nuevas. Ambos pilotos han sido de los mejores cuidando los neumáticos en el pasado, pues ahora se necesita justo lo contrario. La clave es saber calentar las gomas sin destrozarlas para ayuda a meter el coche en la curva, y ese difícil equilibrio parece no haber llegado aún a las manos de Vettel y Raikkonen. Afortunadamente para ellos eso es mucho más fácil de solucionar que el tema del turbo-compresor que comentábamos antes, pero tampoco se arreglará de una carrera para otra. De esta forma en Red Bull seguiremos viendo a Ricciardo por delante de Vettel, y a Alonso destrozando los números de Raikkonen.

Marco Mattiacci con Kimi Raikkonen. @ F
Y llegados a este punto, nos encontramos con la otra gran incógnita que nos dejó el país del sol naciente, Ferrari. En quince días han pasado del ostracismo de estar luchando por entrar en los puntos, a pelear y conseguir el podio, al menos en el caso de Alonso. Su carrera en China fue perfecta si eliminamos el toque inicial con Massa, pero ni si quiera Alonso puede enderezar el rumbo de un equipo con dos semanas por el medio por mucho que algunos insistan en ver milagros en las actuaciones del asturiano. Tampoco podemos achacar la gran mejora en carrera a los cambios hechos en el muro. La salida de Stefano Domenicali sorprendió mucho menos que la llegada de Marco Mattiacci. La espantada de Luca Cordero di Montezemolo en Bahrein, delante incluso de Piero Ferrari, no auguraba buenos momentos a Demenicali. El italiano sabía que la espada de Damocles pesaba sobre su cabeza, lo que nadie podía soñar es que el elegido para sustituirlo era un hombre que nunca había pisado un circuito. Economista de profesión, Mattiacci ha iniciado en China un cursillo acelerado de lo que es la fórmula 1, así que nos podemos olvidar de que él haya sido el revulsivo que necesitaban los coches de Maranello.

Fernando Alonso. @ F
Y entonces, ¿qué ha pasado? Las novedades técnicas en China tampoco han sido muchas. Tan solo las nuevas tuercas que favorecen la canalización del aire que viene de los frenos y pocas cosas más. La respuesta tenemos que buscarla quizás en lo compleja que es la fórmula 1 cuando se hacen tantos cambios como los que ha habido este año. Lo decíamos unas líneas más arriba. Cuatro carreras y cuatro equipos diferentes acompañaron a los Mercedes en el podio. Ni Ferrari eran tan malo en Bahrein ni era tan bueno en China. Hasta que no avance más la temporada no sabremos donde están ellos y sus rivales. Eso sí, por el momento los españoles deben disfrutar de la carrera del asturiano en Shanghai, y para aquellos impacientes que quieren ver milagros y efectos curativos en el bólido rojo de Marenello, y ya que estamos aun con la resaca de la Semana Santa, que mejor que recordar una superstición religiosa, la mano de santo. Eso sí, pueden elegir entre la del mártir Domenicalli o la del redentor Mattiacci, ustedes deciden.

@luismanuelreyes

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