martes, 19 de noviembre de 2013

GP EEUU - Mirar hacia otro lado


Vettel en Austin. @ RB
Semana tras semana, me mentalizo que el lunes va a ser diferente. Sueño que por fin este país va a tener una cultura automovilística acorde con los éxitos que ha cosechado nuestro piloto estrella, pero siempre llego a la conclusión de que no es así. Es como si una vez tras otra me diera de bruces contra un muro de hormigón en el que las palabras ultra y tifosi estuvieran grabadas a fuego. Si analizo mi vertiente de aficionado, he de confesar que mi ídolo en este deporte ha sido siempre Ayrton Senna, como saben ya los que me conocen. Por su puesto que me han alegrado los triunfos de Fernando Alonso en la F1. De hecho tuve la fortuna de vivir en directo su primera victoria en Hungaroring. Por cierto, de aquella solo estábamos media docena de españoles en la sala de prensa cuando Alonso cruzó la meta, y tendrían que haber visto la cara de extrañeza de un periodista finlandés que estaba a mi lado cuando me vio saltar eufórico por el primer triunfo español. Pero siempre he procurado que esa vena patriótica no oscureciese mi juicio cuando analizo una carrera o una temporada en este deporte. Y por esa razón, aunque muchos se empeñen en afirmar que soy fan de Vettel como mis queridos compañeros de tertulia en Onda Cero, lo cierto es que no es así, simplemente, como amante de este deporte, debo rendir pleitesía a un piloto que está marcando una época y del que dentro de muchos años nos acordaremos como uno de los grandes de la historia.

Los números que está consiguiendo el germano están fuera de toda duda. Cierto es que en este deporte más de la mitad del éxito lo proporciona el coche y el equipo, pero de igual forma no debemos olvidar que si una de los dos componentes no está a tope, es imposible ser campeón del mundo, y menos cuatro años consecutivos. Parece que nadie se acuerda ya de los cinco títulos seguidos de Michael Schumacher con los de Maranello. De aquella también había un mago tras el diseño del coche del heptacampeón, Rory Byrne. Sin embargo nunca escuché a nadie en España decir que el surafricano era el valedor de esos triunfos. ¿Por qué entonces ahora es Adrian Newey el culpable? ¿A caso Rory Byrne, Jean Todt y Ross Brawn no influyeron en las victorias de Schumacher? Pues lo mismo que Cristian Horner y Adrian Newey en las de Vettel, pero no por ello debemos restar el mérito del alemán. Distinto caso es el de Jenson Button en 2009. El británico solo se llevó un campeonato, y en su consecución influyó notablemente la diferencia técnica en la pista que de forma brutal tuvieron durante la primera mitad de campeonato gracias al doble difusor de Ross Brawn y sus muchachos.

Vettel con el Red Bull en EEUU. @ P
Pero hay muchos más aspectos a tener en cuenta. Conseguir batir el record de victorias consecutivas en 63 años de este deporte no es moco de pavo. Además de que no te falle ningún elemento del coche, hay que tener la mente muy fría y llegar a un grado de perfección que muy pocos pilotos son capaces. Los dos primeros años del alemán en Red Bull estuvieron marcados por numerosos errores de principiante que hacían dudar de su capacidad para convertirse en un crack de este deporte. Sin embargo, con el paso de los años Vettel fue puliendo sus actuaciones, y esa es la razón de que esta temporada haya firmado un pilotaje perfecto sin errores de bulto. Hasta los más grandes pilotos tienen un mal día en la fórmula uno, sin embargo él parece que ha llegado a un punto de perfección imposible de superar.

En estos momentos solo podría aceptar un aspecto negativo en las carreras de Vettel, y es que puede conseguir que para algunos sean hasta aburridas. El por qué es muy fácil. Al contrario que otros pilotos, Vettel cimenta sus triunfos en las calificaciones de los sábados. Sin duda es mucho más fácil ganar una carrera cuando se sale primero que cuando estás en segunda o tercera fila de la parrilla. Y es que a sus habilidades al volante del Red Bull en carrera, hay que sumar su facilidad para calificar y hacer poles. Pero como siempre dicen, doctores tiene la iglesia, y ya saben, siempre les queda la opción de mirar hacia otro lado y echarle la culpa a Newey.

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